(En la foto: Mi Hija Esther)
Celebré el día de ayer la fecha de mi nacimiento agradeciendo a todos, por todo. En la tardecita, mi hija Esther me invitó a acompañarla a una charla sobre Tesis, en Santiago, de la cual regresamos a Moca pasadas las 9:00 de la noche.
Aproximadamente dos esquinas antes de llegar a nuestro hogar, fuimos vilmente atracadas.
Me sorprendí ante la escena de un sujeto que se lanzó casi encima de mi hija, pidiéndole que le entregara su cartera, mientras ella se quedaba en shock y él lograba arrancársela, cargando así con nuestros celulares, llaves y dinero.
Esto pasó en cuestión de segundos, pero no sabemos cuánto tiempo tardarán los múltiples efectos.
!Que experiencia tan desagradable! Sobretodo, porque para una Madre es demasiado difícil testimoniar cómo un extraño logra hacerle algún daño a uno de sus hijos, por menor que sea este daño. La impotencia que se siente es muy grande, al no poder defenderla, cuidarla, como quisiera.
Con demasiada frecuencia escuchamos en las noticias que la delincuencia está logrando arropar a nuestra Sociedad, sobrepasando la capacidad de respuesta de las autoridades que se supone tienen el deber de garantizar nuestra seguridad. Pero, vivir la experiencia no es lo mismo que escuchar las noticias.
¿Quién puede sentirse realmente seguro viviendo en una Sociedad como esta?
¿Quién está exento de vivir esta clase de experiencia?
De todos modos, culminé mi día agradeciendo, porque "pudo haber sido peor", pues nuestra integridad física -Gracias a Dios- no fue vulnerada. Al fin y al cabo, solo se trató de pérdida material y de un mal momento.
Pero, ¿Cómo se sentirá ese muchacho, después de agredir a alguien tan noble como Esther? ¿Cómo puede sentirse alguien después de hacerle daño a otra persona? Lo más triste es que tendrá que cosechar lo que se merece, por semejante conducta. De eso se encargarán las Leyes Universales que nos gobiernan.
Que lástima que en nuestra Sociedad hayan personas, y principalmente personas jóvenes, que tengan esa necesidad de dedicarse a delinquir en las calles. No me imagino a nadie convirtiéndose en Delincuente por elección.
Más bien, la fórmula que ha dado estos desastrosos resultados debe ser algo así como:
"Siembra Miseria y Cosecharás Delincuencia".
Este Sistema de Cosas es una fábrica constante de miseria física... y miseria mental.
Y la gran ola de delincuencia que nos azota es una de las consecuencias de este sistema corrupto hasta lo indecible, que tenemos entre todos el reto de Transformar.
Nuestros Hijos tienen que seguir hacia adelante con sus vidas; salir a caminar por las calles. Pero, necesitamos contar con alguna garantía de que no serán objeto de una agresión igual o peor a la que vivimos anoche mi hija y yo...
Urge elevar el nivel de Seguridad, pero seamos conscientes ya: El Estado todavía no ha logrado ser capaz de garantizarnos Seguridad Ciudadana, y difícilmente pueda hacerlo mientras persista este Status Quo.
Entonces, ¿Qué hacemos? ¿Hay alguna fórmula que podamos aplicar para detener esta fábrica de ladrones?
¿Cuál es la Solución?
Vamos, encontremos juntos alguna Respuesta.
Tienes toda la razón Melba a diario podemos visualizar escenas como esta y si no se frena la situación somos propensos a vivir encerrados de por vida ya que la delincuencia ya que no abra ningún lugar de esparcimiento en donde nos sintamos seguros.
ResponderEliminarque difícil situación ...a diario escuchamos cosas como esta a gente cercana. Lo mas traumatico de todo es como le explicas a tu hija que debe continuar y que no todo el mundo es malo ?? que no pierda la Fe en la gente ? espero que Dios te de Fortaleza y las palabras correctas para ella ...porque con Una autoridad no contamos.
ResponderEliminarUna realidad muy difícil, pienso que el hecho de no actuar como ellos hace un bonito paso, un segundo sería ayudar con la situación en la cual nos vemos hundidos, económica, social y todo aquello que pueda provocar que una persona llegue a estos niveles, y como tercer paso si conocemos a alguien que pueda estar en una situación que lo lleve a esto darle una ayuda directa, con amor y capacidad todo.
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